LA casa del bambini

Sobre nosotros

FILOSOFÍA

La educación Montessori brinda una formación completa y de calidad, es personalizada, progresiva y procura el desarrollo armónico e integral de los individuos, capacitándolos para el ejercicio responsable de su libertad individual, fomentando el desarrollo de virtudes y destrezas necesarias para la vida.

Creemos en la biblia como autoridad moral y norma de vida del personal y sobre todo el cuerpo docente, por lo que sus enseñanzas rigen el ejercicio de las actividades que se realizan en La Casa Del Bambini Centro Montessori, así como la relación con los padres y estudiantes del centro, un trato humano, caracterizado por la bondad, mansedumbre, compasión, veracidad y diligencia, para influenciar de forma positiva a la comunidad educativa.

La Casa Del Bambini, cree y promueve la inclusión y defiende firmemente el respeto a la diversidad, por lo que admite familias y estudiantes con distintas vertientes e ideologías, aunque profesen diferentes religiones, así como niños con capacidades diferentes.

METODOLOGÍA

El método que rige la enseñanza de nuestro centro educativo, es el método Montessori, el cual se caracteriza por proveer un ambiente preparado, ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños(as). Los espacios están dispuestos de manera que promuevan naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad.

El ambiente es proporcionado a la medida de los niños, con estanterías bajas y distintas medidas de mesas y sillas donde se sientan los niños individualmente o en grupos. El aula está subdividida en áreas temáticas donde se exponen los materiales y la bibliografía correspondientes y permite una gran libertad de movimiento. Los niños pueden trabajar en grupos o individualmente, respetando, de este modo, su propio estilo y ritmo. Cada niño utiliza el material que elige tomándolo de la estantería y devolviéndole a su lugar para que pueda ser usado por otros.

El ambiente preparado ofrece al niño oportunidades para comprometerse en un trabajo interesante, elegido libremente, que propicia prolongados períodos de concentración que no deben ser interrumpidos. La libertad se desarrolla dentro de límites claros que permite a los niños convivir en la pequeña sociedad del aula.

Los niños trabajan con materiales concretos científicamente diseñados, que brindan las llaves para explorar el mundo y para desarrollar habilidades cognitivas básicas. Los materiales están diseñados para que el niño pueda reconocer el error por sí mismo y hacerse responsable del propio aprendizaje.

El adulto es un observador y un guía; ayuda y estimula al niño en todos sus esfuerzos. Le permite actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar confianza y disciplina interior.

La educación Montessori cubre todos los períodos educativos desde el nacimiento hasta los 18 años brindando un currículo integrado.

A continuación listamos 10 de los principios fundamentales que han sido la clave de dicha filosofía:

El ambiente y el mobiliario deben adaptarse al niño, no al revés (mesas a su altura, sillas, perchas colgadas a una altura conveniente, herramientas, utensilios, armarios bajos…) los cuales deben ser sencillos y bellos.

El ambiente es preparado por el guía, colocando los medios, es un ambiente psicológicamente adaptado al desarrollo infantil, para el niño, el cual libremente se desarrolla con esos medios que le han proporcionado.   El ambiente asume parte del trabajo que antes le correspondía a la maestra.

El orden es importante, el niño es libre para coger los objetos, cambiarlos de lugar para usarlos y tras utilizar los materiales, volverlos a colocar en su sitio, en buen estado y colocados del mismo modo que los encontró. Estas acciones ayudan al niño a organizar su propia mente.

Se limita la cantidad de cosas, se tiene en cuenta la cantidad de objetos que la actividad infantil utiliza realmente y su memoria es capaz de localizar en el ambiente. El niño debe conocer todos los objetos y el lugar que ocupa cada uno.

En el método, se respeta la personalidad del niño y se deja libre su actividad espontánea, en vez de contenerla y dominarla. El niño que es activo por naturaleza, se le debe dejar espacio suficiente para que se mueva libremente. “Somos respetuosos y corteses en nuestro proceder con el niño, los tratamos como quisiéramos ser tratados nosotros mismos”.

La intervención es indirecta, sólo se ofrecen los medios necesarios para su desarrollo y se debe esperar y seguir ese desarrollo con respeto.

Se evita detener los movimientos espontáneos del niño y se renuncia a la costumbre de obligar a los niños a realizar actos por la imposición de la propia voluntad; a menos que sean actos inútiles o perjudiciales.

El  niño no sólo se mueve continuamente, sino que aprende también sin cesar, la actividad psíquica debe ser práctica y el modo de aprender no puede guiarlo paso a paso el adulto.

Se cambia del magistro-centrismo a estar centrado en el alumno, el objetivo es el de disciplinar para la actividad, para el trabajo, para el bien; no para la inmovilidad ni la pasividad,  como se hacía en la escuela tradicional.

Debe ayudar al niño a proceder por sí mismo y en preparar el camino a su andar espontáneo.

Las lecciones son individuales, concisas, simples y objetivas. No son colectivas, sustituyéndose por la actividad espontánea del niño.

Pero es la guía la que inicia gradualmente a los niños en el uso de todos los objetos que hay en el ambiente, porque los niños no pueden adivinar la manera propia de usarlas.

También los alumnos aprenderán unos de otros mediante la observación.

autoeducación: Con ejercicios espontáneos, libremente elegidos y realizados según los dictados interiores de la personalidad de cada uno, los niños usando el material, no sólo desarrollan la inteligencia, el carácter y la gracia, sino que también adquieren habilidades y aptitudes que los impulsa hacia nuevos y más poderosos esfuerzos. Y así, ejercitándose espontáneamente, progresa en el desarrollo y en la adquisición de la cultura.

Existen materiales para la vida práctica, para la educación de los sentidos, para la enseñanza de la lectura y la escritura, para los números y la aritmética…

Quizás los siguientes principios son la parte más conocida del método, sin embargo, estos sólo son una parte de toda la filosofía.

Es un punto importante en el método, pues esta permite el desarrollo de las manifestaciones espontáneas del niño. Esta libertad solo se limita cuando pueda resultar perjudicial u ofender a otros.

Se  basa en la libertad: la persona no tiene disciplina si esta le ha sido impuesta, se busca ser disciplinado de manera activa, que la persona sea dueña de sí misma.

No  se puede ser libre sin ser independiente, como dice María Montessori: “Enseñar a un niño a comer, a lavarse, a vestirse, es un trabajo mucho más largo, más difícil y paciente que darle de comer, lavarlo y vestirlo”. Al niño se le debe ayudar a obrar y a expresarse, pero el adulto no debe jamás obrar en su lugar, sino cuando sea absolutamente necesario. “Cada vez que un adulto presta al niño una ayuda innecesaria, obstaculiza su expansión y detiene o desvía en algún detalle el desarrollo infantil”.  Ayudar es facilitar siempre la expansión y protegerla contra los peligros que puedan empobrecerla. El adulto debe ayudar al niño a que lo haga todo por sí mismo, cuando sea posible.

Gran parte del personal ha sido entrenado para trabajar con la metodología Montessori y varias de las maestras titulares han tomado instrucciones sistemáticas además cuentan con las credenciales que certifican su competencia en la ejecución del método.